domingo, 22 de septiembre de 2019

REFLEXIONAMOS SOBRE LA MISERICORDIA DE DIOS Y PARTICIPAMOS DEL SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN (Parte II)



Que sucede cuando hacemos acciones malas o deshonestas ejm: ¿¡No estudio copiaré en el examen?  , No te presto mi pelota, porque me la puedes romper. Menos mal que se me ocurrió la mentira… Tengo mal genio, ¿Y qué?, así soy yo, y nadie me va cambiar. Insultos, hacer mala fama a los demás, hablar mal de otros, echar la culpa a los demás de salir desaprobados o que nos vaya mal. Ver imágenes pornográficas, consumir drogas, fumar,…    ¿ Será necesario el perdón? 
 ¿Dónde esta la raíz del pecado, explique? Mt 15,19-20 .

¿Quién nos perdona nuestros pecados?, ¿Quién le ha dado el poder de perdonar?
Jesús dio a sus  apóstoles el poder de perdonar: después de morir por nuestros pecados y resucitar.  Lee y trascribe  ¿Quién tiene el poder de perdonar los pecados? (Mc 2,10), y  en virtud de su autoridad divina , Jesús confiere este poder : Jn 20,21-23 ¿Quiénes estaban reunidos? ¿ Qué les dijo Jesús?  ¿Qué recibieron? ¿Qué poder les dio?
Desde entonces, los apóstoles  y luego sus sucesores: el Papa, los Obispos y los Sacerdotes, tienen el poder de perdonar, en nombre de Dios, nuestros pecados.

¿Qué es el sacramento de la penitencia?  Jesús nos dejó el sacramento de la Penitencia como señal de que siempre está dispuesto a perdonar nuestros pecados. El perdón de Dios significa que volvemos a establecer la amistad con Él y que hacemos las paces con todo el mundo. Para recibir el perdón de Dios es necesario que: Reconozcamos que hemos hecho algo mal; (examen de conciencia) nos arrepentimos de nuestros pecados; estamos  dispuesto a hacer bien las cosas (propósito de no volver a pecar), confesarnos y recibir la absolución, cumpliendo la penitencia. En el sacramento de la penitencia, el sacerdote perdona los pecados en nombre de Jesús, diciendo: Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre y del Hijo del Espíritu Santo. Amen.

Frutos obtenidos del sacramento de la reconciliación:
Se perdona todos los pecados mortales y veniales. 
Se recuperan  todos los méritos adquiridos por las buenas obras, perdidos al cometer un pecado grave.
Robustece la  vida espiritual, por medio de la gracia sacramental, fortaleciendo el alma para la lucha interior contra el pecado. 
Se logra la paz y serenidad de la conciencia que se encontraba inquieta por el dolor de los pecados.

Pecado mortal tiene  tres condiciones: materia grave o apreciado como tal;  plena advertencia, conocimiento suficiente de la malicia del acto y pleno consentimiento  de toda ofensa a Dios,  al prójimo,  a la naturaleza a nosotros mismos.
Pecado leve o venial, cuando la advertencia y deliberación no fueron perfectas. 
Pecados de omisión, van unidos muchas veces a los pecados de obra, a veces no son advertidos por la conciencia Ejm. Ignorar  más conscientemente  la situación de un familiar que necesita una ayuda urgente,  centrarse durante mucho tiempo libre en alguna afición que puede cautivar a la persona.    
    
Qué necesitamos para nuestra salvación   Mt. 5. 48 , Col. 1,10; Jn 5,29

Ya estamos listos para participar del sacramento de la reconciliación.

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