jueves, 25 de agosto de 2016

DESCONGELANDO MI CORAZÓN CON LA MÁS ALTA DISTINCIÓN: SERVIR

Act. N°   DESCONGELANDO MI CORAZÓN CON LA MÁS ALTA DISTINCIÓN: SERVIR

No hay más alta distinción que la de servir a los demás, servir es actuar como Dios, que no vino para ser servido, sino para servir.  Servir es una actitud que se basa en reconocer que el mundo nos ha apoyado enseñado y puesto a prueba, sea que lo mereciéramos o no; es  pagar una deuda infinita de gratitud.
Hallamos la verdadera dicha en el hombre al  dar. Pues sólo buscando  el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro. La auténtica  medida de la capacidad de un hombre es su capacidad de entrega. Ya que, nuestra verdadera riqueza es dar. Dar es sin menor duda, la respuesta a la pregunta ¿Por qué estoy aquí? Y “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro” decía PLATÓN. El universo opera por medio de un  intercambio dinámico….Dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo. Y si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida (D CHOPRA)

¿La naturaleza es más generosa que mi corazón?
Todo lo que el hombre arroja con su mano desde la tierra al mar, el mar se lo devuelve. Mil veces lo arrojará y otras mil veces el oleaje se lo traerá. Mil veces nos desprenderemos de un bien  para entregar a los demás y otras mil veces nos será restituido. Amémonos sin medida, y sin medida nos amarán. Demos esta vida y otra mejor nos será dada. (C VIgil)
El sol y el fuego calientan, sin pedirnos nada, el agua nos refresca gratuitamente, la sombra de un árbol nos protege  sin reclamar  nada, las flores y los pajarillos nos alegran sin cobrarnos por el espectáculo; las estrellas  iluminan nuestras noches sin pasarnos factura. Toda la naturaleza es un anhelo de servicio (Gabriela Mistral) sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde hay un árbol que plantar, plántalo tú; donde hay un esfuerzo que todos esquivan acéptalo tú. Se del que apartó la piedra del camino, el odio de los corazones y la dificultad del problema… hay alegría de ser sano y de ser justo. Pero hay sobre todo, la hermosura, la inmensa alegría de servir….

¿Servir es  proceder  como Dios?
Amor no es, principalmente dar algo, sino ante todo darse alguien: “nadie puede hacer nacer la vida si no da la suya. Así lo hizo Jesús. Nadie da lo que no tiene.
Es bueno dar algo cuando ha sido pedido, pero es mejor dar sin demanda, comprendiendo. Para la mano abierta, la búsqueda de aquel que recibirá es mayor goce que el dar mismo.  Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio. Nacemos para servir para ser instrumentos en manos de Dios, no pidamos ver, saber;  simplemente hay que ser útiles, porque  Mc.6,34,  Mt. 20,26-28  Jesús, el primero entre todos los hermanos, lo compartió todo. Jn 6.48”y luego se entregó como Mc 14,22; incluso nos entregó a… como…  Jn 19,26-27.
¿Quién es más importante? pregunta Jesús a sus discípulos Lc 22, 27
Ayudar a otros es  ayudarse a sí mismos. Hay que aprender a distinguir entre el genuino “ayudar” “rescatar”. El rescatador toma sobre sí los problemas de todos, pero no los induce a ayudarse a sí mismos. Mantiene a los demás dependiendo, sin darles oportunidad de desarrollarse y aceptar la responsabilidad de su vida. Ejm Los padres sobreprotectores, las personas que no dejan  avanzar a otros. ¿Ayudas o rescatas?

¿Cuál es la medida de lo que hay que dar? En el  libro de Tobías encontramos la respuesta: .Tob 4,8-9; He. 3,6…
Hemos nacido para dar: yo puedo dar en mi hogar, en mi aula, en mi  casa común :el amor que llevo dentro o el evitar contaminar;  yo puedo dar apoyo a mis amigos, yo puedo dar estímulos a todos, yo puedo dar delicadezas cada día, yo puedo dar lo mejor de mis labores, yo puedo dar  mis oídos y escuchar, yo puedo dar mis labios y consolar, yo puedo dar mi alegría a los tristes, o puedo dar amor en cada detalle, Yo te  puedo dar felicidad. No es rico el que “tiene” mucho, sino el que “da” mucho.

¿Cómo trato a mis enemigos?
Lo mejor que podemos dar a un enemigo Lc 6,27-30; 35-37

¿Cómo ayudar cómo servir? 
Aquí te presento algunas acciones que podemos realizar.
Quieres ayudar, ayúdate a ti mismo,  los amados aman, los libres  liberan.  Los que son fuente de paz, están en paz consigo mismo; perdona y pide perdón,  motivarás a realizare a tus allegados en la medida en que tú estés realizado;  amarás realmente al prójimo en la medida en que aceptes y ames serenamente tu persona y tu pasado.
Vivir para uno mismo vale poco, muy poco; es mucho mejor: vivir para dar, caminar para encontrar, sonreír para alegrar, tener para compartir, repartir para aliviar, esperar para abrazar, dar para consolar, enseñar para aprender, donar para alimentar, orar para agradecer, bendecir para ser bendecido, y las obras de misericordia son actitudes saludables que enaltecen y descongelan el corazón del hombre. Todo lo que damos a otros nos estamos dando a nosotros mismo (A. de Mello)
El servicio es un medio y un fin porque dándoles a lo demás abrimos nuestro corazón al amor a la abundancia y a la paz interior. No podemos servirles a los demás sino nos enriquecernos a nosotros mismos (D. Millman).
Por nuestra dádiva recibiremos abundancia. Y mientras más demos… ¡más tendremos! Sólo somos dueños de lo que damos, lo demás tenemos que devolverlo. Realmente, aparecemos sin nada y nos vamos sin nada, salvo el amor y la amistad  que nos llevamos. La mayor satisfacción está en ayudar a los otros y ayudarse a sí mismo, a liberarse y a asumir la responsabilidad de su propia existencia. Y el mejor servicio que podemos hacerles es el de mejorarnos a nosotros mismos. Realmente quien no vive para servir no sirve para vivir.

Act. Proponemos, Planificamos y ejecutamos nuestro proyecto para servir al prójimo.

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