martes, 12 de septiembre de 2017

Dignidad, Bien común, Justicia

DIGNIDAD : Hoy en día, en que algunos consideran de manera diferente los derechos humanos y pretenden utilizarlos para sus intereses personales y “marean” a muchos, hay que decirlo una vez más: “la esencia de los derechos humanos está en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana”. Cuando esto está muy claro todos comprendemos el cambio inmenso que eso supone, el respeto total a los demás. Si no respeto a alguien por el mero hecho de ser hombre, estaré menospreciándolo. Si todos somos iguales, todos somos seres humanos, Personas, todos valen igual que yo; todos merecen lo mismo que yo merezco, todos debían de tener lo mismo que yo tengo, todos deben participar de todo lo bueno que yo gozo. Es el respeto que merece cada ser, que a un ser nunca hay que suplantarlo, ¿Qué supone la dignidad humana? Que yo nunca puedo decir: este es tonto, yo voy a actuar por él, este no sirve. Que siempre a cualquier ser humano por minusválido, por incapaz, por débil que sea tengo que hacerlo crecer, nunca desplazarlo ni suplantarlo. Que nunca puedo expresarme negativamente de nadie porque es persona. Si no se entiende la dignidad humana no se entiende la sociedad, no se entiende el servicio al prójimo, no se entiende nada. Solo hay justicia, igualdad cuando hay dignidad. Si las personas no somos igualmente dignos, entonces no cabe la justicia.
La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios; se realiza en su vocación a la bienaventuranza divina. Gén. 1,17

EL BIEN COMÚN es el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección Esta definición nos propone una concepción del bien común que hace referencia a un contenido objetivo, basado en los derechos y deberes fundamentales e inviolables de toda persona, y que está constituido por tres elementos vitales: el respeto a la persona en cuanto tal, el bienestar social y el desarrollo del grupo y, finalmente, un compromiso por la paz.
El respeto a la persona, como principal característica del bien común, está dirigido a la promoción y defensa de los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. De esta forma, el bien común engloba necesariamente el derecho a la vida, que se opone a cualquier género de homicidio, y el ejercicio de las libertades naturales de la persona, como son: poder actuar de acuerdo con la recta norma de su conciencia, la protección de la vida privada y de la justa libertad, también en materia religiosa.
El bien común exige el bienestar social y el desarrollo del grupo. En este sentido, el Estado debe facilitar y garantizar aquellas estructuras y bienes fundamentales que permiten llevar una vida verdaderamente humana: alimento, vestido, salud, trabajo, educación y cultura, información adecuada, derecho a fundar una familia, etc. He. 2,44-26

LA JUSTICIA es una de las cuatro virtudes cardinales (Fortaleza, justicia, prudencia y templanza). Es por antonomasia (por excelencia) una virtud social, un hábito moral que propone dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece, en función del derecho, la razón y la equidad. Es el esfuerzo para armonizar a las distintas personas, que viven dentro de una comunidad familiar, local o nacional y así, darle a cada uno lo que le corresponde.
La justicia es opuesta a la venganza, aunque sea ejercida por el estado si aplica leyes injustas, pues se convierte en venganza de la sociedad.
No podemos ser colaboradores de las injusticias, que perjudican a la sociedad y sobre todo, cuando perjudican a los más débiles. La ley moral y las principales leyes humanas, han establecido que la obediencia ciega, no exime de la responsabilidad individual de las personas involucradas en los hechos. Hay un viejo refrán que dice: Tanta culpa tiene quien mata la vaca, como el que le sujeta las patas.
Uno de los principales objetivos de los padres tiene que ser, hacer el bien con justicia, dentro y fuera de su familia, para lo cual, tienen que pensar muy bien cómo van a educar a sus hijos, en la virtud de la justicia y practicarla previamente en todas las decisiones que tomen. Jer. 22,3

Fuente Doctrina social de la Iglesia.



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