Chiclayo, 15 de julio del 2016
Amiga (o)
Te
escribo esta breve carta para contarte
que en mis clases de religión he aprendido
que tú y yo somos personas humanas; poseemos un cuerpo, un alma espiritual; tenemos sentimientos, emociones, pasiones y vivimos en
sociedad. Por ello, la persona humana es un ser biopsicosocialespiritual; pero, lo más importante es que tú y yo tenemos Dignidad. En la dignidad esta la valía de una persona, no en su inteligencia ni mucho menos en su fuerza física.
Debes
saber que la dignidad de una persona radica en ser imagen y semejanza de Dios. La Dignidad es inherente, única, intangible,
nadie la puede tocar; es fuente de virtudes y valores. La
Dignidad al ser trasgredida con la violencia física o verbal, con la discriminación, la burla, difamación o murmuración; jamás vuelve a ser la misma. Por nuestra dignidad debemos tener un lugar limpio y en condiciones optimas para vivir, estudiar o reunirnos. Por ello es muy importante que protejamos nuestra dignidad
y evitemos trasgredir
la del prójimo.
Me despido esperando te sirva lo aprendido.
Miryam
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